HISTORIA
La peladilla y la Feria
Manuel Jarrín
Fue un gallego, Manuel Jarrín Pérez, nacido en A Pobra de Trives (Ourense). Ingresó en la Guardia Civil y fue trasladado a Alcublas, más tarde a Casinos, donde conoció a Carmen Murgui Rocher, con la que se casó en 1881. Después fue trasladado a Alpuente, donde conoció a un vecino de avanzada edad que le confió los secretos para la tradicional elaboración de las peladillas y turrones.
A la muerte de este señor heredó los utensilios necesarios para fabricar estos dulces. En 1886 el matrimonio Jarrín-Murgui fijó su residencia en Casinos en la calle del Rosario nº 1, antigua carretera que cruzaba el pueblo, y allí abrieron la primera fábrica-tienda de Peladillas y Turrones, dejando Manuel Jarrín la Benemérita, pasando a ser el primer Maestro Artesano de Casinos. El matrimonio tuvo ocho hijos, cuatro de los cuales se dedicaron a la fabricación de dulces, trayendo esta tradición artesana hasta nuestros días.
La población de Casinos (Valencia) es conocida desde 1886 por su elaboración artesanal, desde que Manuel Jarrín instaló su vivienda en Casinos y la primera fábrica de peladillas hasta hoy.
Historia después de
Manuel Jarrín
Los habitantes de Casinos han ampliado a ocho el número de casas de maestros artesanos que han seguido la tradición que en su día instauró Manuel Jarrín.
Dada la proximidad de este municipio con Valencia (solo dista 38 Km.) y las buenas comunicaciones viarias, Casinos poco a poco ha dado a conocer sus productos y desde antiguo esta población es conocida como “El pueblo de las Peladillas”.
Fueron cinco fabricantes de Peladillas y dos Hornos los que en materia de dulce artesano tomaron las riendas de la Feria del Dulce Artesano, Peladillas y Turrones de Casinos, y junto a la Cooperativa de Casinos con sus secciones de aceites y vinos completaron el recinto ferial en su primera edición del año 2000, llegando a esta XXV Edición de Feria con la participación de cuatro Maestros Artesanos de Casinos y de la Cooperativa Santa Bárbara de Casinos.

Fabriqueros
El Fabriquero crea turrones y peladillas con la experiencia heredada a lo largo de las generaciones de sabios artesanos de Casinos.
Los artesanos actuales son fieles a la tradición, pero sin desdeñar innovar en sabor y originalidad. Preparan sus variedades igual que sus antecesores, de forma artesanal, evitando conservantes o colorantes que puedan alterar su sabor. Para cumplir este objetivo se realiza una esmerada selección de materias primas de primera calidad como nuestra almendra Marcona.
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